Aprender por sí mismo sobre estructuras, conflicto, personajes, narradores y técnicas de escritura; es una labor que puede realizarse individualmente. Sin embargo, un taller de escritura brinda esas herramientas de forma directa, además que un buen tutor puede recomendar buenos textos sobre el arte de escribir.
En un taller puedes entrar en contacto con personas apasionadas con la lectura y la escritura, que seguramente no tienes muchas oportunidades de conocer en el día a día.
No siempre se escribe tanto ni con tanta disciplina que cuando se toma un taller de escritura. La escritura es una labor más práctica que teórica. Ya decía Simone de Beauvoir: "Escribir es un oficio que se aprende escribiendo", por simple que parezca.
No es igual cuando le muestras lo que escribes a familiares, pareja o amigos. En un taller de escritura recibes comentarios sobre lo que escribes.
Reconocer tus propios errores al escribir es un paso importante para perfeccionar tu escritura. No siempre es fácil reconocer los errores por uno mismo, por lo que un taller puede ser muy útil para descubrirlos.
No leerlas superficialmente, sino comprender cómo están construidas, las técnicas utilizadas por su creador, lo que hay detrás de su escritura. La buena lectura es un gran aliado de todo escritor.
Un taller de escritura puede ayudar a tomar una decisión sobre lo que se desea de la escritura. ¿Una profesión? ¿Un hobby? ¿Un medio para expresarse? Más allá de descubrir el propio talento, está el descubrir cómo es tu relación con la escritura.
Nota: Todo el provecho que pueda provenir de un taller depende de dos factores: un buen maestro y la actitud propia hacia el aprendizaje del arte de la escritura.
